11/08/06: Paseo por dentro de una postal!
Otra falsa alarma con el despertador nos ha levantado a las 2:00. Vuelta a dormir y finalmente nos levantamos a las 6:00, todavía de noche.
Descargamos finalmente todas las fotos de las cámaras en la Ipod y a desayunar. El día se ha levantado tapadito, por lo que no hemos podido disfrutar del famoso amanecer de Nueva Zelanda… :(
Hasta las 9:30 no salimos para el lago Wanaka. Finalmente el día se ha aclarado, así que decidimos dar un paseo bordeando un trozo del lago para disfrutar del paisaje. Aunque el recorrido se supone que es de 35’, tardamos más del doble ya que a cada momento nos paramos para hacer alguna foto. Parece sacado de una postal.
Después del lago Wanaka nos dirigimos al lago Hawea, que lo observamos desde el coche y haciendo alguna parada, pero sin bordearlo a pie, puesto que no encontramos ningún camino marcado. Otras chorrocientas fotos para intentar captar la maravilla del paisaje.
Decidimos ir a Queenstown a través de Cromwell y siguiendo la cuenca del río Shotover, puesto que la gente del camping del día anterior nos comentaron que por aquí encontraríamos un gran súper de la cadena New World. Necesitamos comprar puesto que las reservas de la nevera empiezan a escasear.
Puesto que el hambre todavía no aprieta gracias a los pretzel que vamos devorando por el camino (empiezan a convertirse en una adicción!!!) decidimos pararnos en un centro minero al lado del río Shotover. Es un antiguo pueblo de buscadores de oro que ahora está reconvertida en atracción turística. Además tiene una pequeña cafetería donde aprovechamos para comernos los bocatas que hemos preparado y reponernos del frío que hace (y eso que el sol calienta mucho!).
Después de comer seguimos la ruta y como me coge un sueño criminal, dejo el volante en manos de Maru. Al cabo de un buen rato me despierta. Después de pasar por una zona plagada de viñedos ha decidido para en uno de ellos que tiene un edificio muy curioso: Peregrine Wines.
Hacen desgustación y venta de vinos propios y nos animamos a probar tanto negros como blancos. Los negros no nos convencen a ninguno de los dos. A pesar de tener ya más de 5 años en botella, les falta cuerpo y los encontramos un poco ácidos (nos ha abierto un par de botellas, por lo que es probable que necesitaran tiempo para oxigenarse). En cambio, los blancos se nos antojan más acertados. Decidimos comprar un par de botellas del más seco, que serán un buen souvenir para los de casa.
A las 19:30 llegamos a Queenstown. Es una especie de Andorra la Vella, una ciudad para esquiadores y deportes de aventura (el 90% de la gente visten de snowboarders) que bulle con una actividad frenética a esa hora del día.
Salimos a dar una vuelta y estirar las piernas, y paramos a tomarnos una cervecita en un local que tiene una enorme chimenea de madera en el centro. Aprovechamos el parón para decidir las actividades de mañana y contratarlas en uno de los centros de información que hemos visto durante el paseo.
Los dos queremos dar una vuelta en las lanchas rápidas que pasan por el río Shotover y yo quiero probar el Bungy (el “puenting” de este lado del mundo), así que contratamos un combo más un paseo en lancha. Maru todavía no se cree que salte, pero el recibo de la VISA dice que al menos se ha pagado… :S
Compramos una cámara acuática para hacer fotos durante el paseo en la lancha, puesto que no nos queremos arriesgar a llevar ninguna de las digitales.
Regresamos al camping y hacemos una cena a base de los filetes (llenos de nervios y grasa. Puaj!!). Durante la cena decidimos reorganizar los días en la isla sur y retrasar el ferry a la isla norte.
Hacemos una colada, y como no hay manera de que se seque (nos hemos equivocado al echar las monedas y hemos desperdiciado pasta en una secadora vacía. Bufff… :( tenemos que montar un tenderete gitano dentro de la autocaravana. Peaso de follón que bien vale una foto. Qué cutres somos!!!
Bona nit, que mañana vienen emociones fuertes!!!!
Carlos :)
Descargamos finalmente todas las fotos de las cámaras en la Ipod y a desayunar. El día se ha levantado tapadito, por lo que no hemos podido disfrutar del famoso amanecer de Nueva Zelanda… :(
Hasta las 9:30 no salimos para el lago Wanaka. Finalmente el día se ha aclarado, así que decidimos dar un paseo bordeando un trozo del lago para disfrutar del paisaje. Aunque el recorrido se supone que es de 35’, tardamos más del doble ya que a cada momento nos paramos para hacer alguna foto. Parece sacado de una postal.
Después del lago Wanaka nos dirigimos al lago Hawea, que lo observamos desde el coche y haciendo alguna parada, pero sin bordearlo a pie, puesto que no encontramos ningún camino marcado. Otras chorrocientas fotos para intentar captar la maravilla del paisaje.
Decidimos ir a Queenstown a través de Cromwell y siguiendo la cuenca del río Shotover, puesto que la gente del camping del día anterior nos comentaron que por aquí encontraríamos un gran súper de la cadena New World. Necesitamos comprar puesto que las reservas de la nevera empiezan a escasear.
Puesto que el hambre todavía no aprieta gracias a los pretzel que vamos devorando por el camino (empiezan a convertirse en una adicción!!!) decidimos pararnos en un centro minero al lado del río Shotover. Es un antiguo pueblo de buscadores de oro que ahora está reconvertida en atracción turística. Además tiene una pequeña cafetería donde aprovechamos para comernos los bocatas que hemos preparado y reponernos del frío que hace (y eso que el sol calienta mucho!).
Después de comer seguimos la ruta y como me coge un sueño criminal, dejo el volante en manos de Maru. Al cabo de un buen rato me despierta. Después de pasar por una zona plagada de viñedos ha decidido para en uno de ellos que tiene un edificio muy curioso: Peregrine Wines.
Hacen desgustación y venta de vinos propios y nos animamos a probar tanto negros como blancos. Los negros no nos convencen a ninguno de los dos. A pesar de tener ya más de 5 años en botella, les falta cuerpo y los encontramos un poco ácidos (nos ha abierto un par de botellas, por lo que es probable que necesitaran tiempo para oxigenarse). En cambio, los blancos se nos antojan más acertados. Decidimos comprar un par de botellas del más seco, que serán un buen souvenir para los de casa.
A las 19:30 llegamos a Queenstown. Es una especie de Andorra la Vella, una ciudad para esquiadores y deportes de aventura (el 90% de la gente visten de snowboarders) que bulle con una actividad frenética a esa hora del día.
Salimos a dar una vuelta y estirar las piernas, y paramos a tomarnos una cervecita en un local que tiene una enorme chimenea de madera en el centro. Aprovechamos el parón para decidir las actividades de mañana y contratarlas en uno de los centros de información que hemos visto durante el paseo.
Los dos queremos dar una vuelta en las lanchas rápidas que pasan por el río Shotover y yo quiero probar el Bungy (el “puenting” de este lado del mundo), así que contratamos un combo más un paseo en lancha. Maru todavía no se cree que salte, pero el recibo de la VISA dice que al menos se ha pagado… :S
Compramos una cámara acuática para hacer fotos durante el paseo en la lancha, puesto que no nos queremos arriesgar a llevar ninguna de las digitales.
Regresamos al camping y hacemos una cena a base de los filetes (llenos de nervios y grasa. Puaj!!). Durante la cena decidimos reorganizar los días en la isla sur y retrasar el ferry a la isla norte.
Hacemos una colada, y como no hay manera de que se seque (nos hemos equivocado al echar las monedas y hemos desperdiciado pasta en una secadora vacía. Bufff… :( tenemos que montar un tenderete gitano dentro de la autocaravana. Peaso de follón que bien vale una foto. Qué cutres somos!!!
Bona nit, que mañana vienen emociones fuertes!!!!
Carlos :)


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