miércoles, septiembre 06, 2006

15/08/06: Tenemos uno… ¿conseguiremos la pareja?

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Después de la paliza de ayer, cualquiera diría que hoy haríamos el perro de mala manera. Pues no!!!! Nos levantamos a las 6:00 para no perder la costumbre.

Se ha levantado lo que parece un día fantástico, por lo que queremos ver lo más destacado de Dunedin y encaminarnos luego para Christchurch.

De todas formas, nos tomamos el desayuno con tranquilidad, nos duchamos y hasta las 9:30 no llegamos al centro de Dunedin. Al famoso Octógono. La ciudad se construyó alrededor de una plaza de 8 caras que tenía que ser el centro neurálgico de la población, y hoy día continúa igual. Buscamos parking lo más cercano del centro (a 6 calles) y a patear un poco la ciudad.

Seguimos las indicaciones de la guía visual del país y saltamos de iglesia en iglesia como en la mayoría de pueblos que hemos visto.
Se nota que la ciudad fue fundada por escoceses, puesto que la ciudad está llena de referentes a su cultura. Además de las tabernas, y las referencias al buen whisky, encontramos una tienda en la que se venden las típicas falditas escocesas, además de gorros y gaitas. Todo un espectáculo!

El paseo nos lleva a pasar por delante de la tienda de los “All Blacks” el equipo nacional de Rugby y que tiene uno de sus feudos importantes en Dunedin. Maru se decide a comprar una especie de zuecos de plástico que parecen muy cómodos. A la hora de pagar, se dan cuenta que somos españoles y nos hacen un regalo-reto… nos dan un calcetín de los “All Blacks” y nos retan a acercarnos por otra de las tiendas que tienen en la Isla Norte (Wellington o Auckland, por ejemplo). Si mostramos el calcetín y un cartoncito que nos proporcionan, nos darán el otro calcetín. Chachi, no??? Me lo guardo en la memoria porque me parece una idea promocional brutal!

El paseo continua por delante del museo del transporte, y por delante de la estación de tren. El estilo de los edificios se nos antoja muy inglés y personalmente me recuerda mucho a las construcciones del Ibertrén… Buff, qué recuerdos!

Delante de la estación está la cárcel de pin-y-pon de la ciudad y que antiguamente había sido la sede de la policía. Al ladito está una tienda de artesanía autóctona que nos atrae como un imán. La VISA ya se esconde dentro de su funda. Tiene miedo y con toda la razón del mundo!!!! Acabamos con unas figuritas de piedra de Oamaru talladas a mano. Muy chulas!!

Nos vamos de Dunedin, pero en lugar de coger la carretera que sube directamente a Christchurch, decidimos darnos un paseo por la península de Otago, donde hay otro de los faros emblemáticos del país. Afortunadamente nos equivocamos de carretera y vamos por la costa de Port Chambers. La carretera es muy sinuosa y estrecha, pero infinitamente más corta que la otra. Si no nos hubiéramos perdido, habríamos estado una 4 horas para llegar al faro y, como no tiene salida, unas 4 horas más para deshacer el camino. Menos mal!!!

Port Chalmers tampoco tiene salida pero acaba en una tranquila playa donde encontramos a un león marino que está tomando el sol en la arena. Está tan quieto que Maru cree que está muerto. Menos mal que le echamos las fotos desde lejos, porque en un momento dado abre los ojos y levanta la cabeza de forma pesada. Quién está haciendo ruido y no me deja dormir!!!

Maru aprovecha el paseo por la playa para hacerse con algunas conchas que no tenemos muy claro si nos dejarán sacar del país. Ya veremos!

Deshacemos camino y nos dirigimos por la carretera 1 hacia Oamaru, pero no nos paramos para ver los pinguinos. Lástima!! En el paseo por Port Chalmers hemos invertido bastante tiempo y ahora tenemos que aprovechar las últimas horas que quedan de luz. Somos como las gallinas: con luz a correr, sin luz a dormir.

En Oamaru aprovechamos para prepararnos un par de bocatas rápidos en la Camper. Tomamos camino para Timaru, donde tampoco nos pararemos. De todas formas, para descansar un poo de coche paramos en la población de Temokake, donde buscamos alguna tienda de cerámica chula, pero no hay suerte.

Por fin llegamos a Christchurh. Empieza a oscurecer pero de todas formas decidimos dar una vuelta por la ciudad. Aparcamos cerca del centro, justo al lado de la Universidad. Un “kivi” nos advierte que no es necesario pagar el aparcamiento, puesto que estamos fuera de horas. Menos mal, invertiremos el “ahorro” en tomarnos alguna cosa. Y resulta ser un par de chocolates en el Starbuck que hay en el centro de la ciudad.

Se nota que esto ya es una ciudad, y de las importantes. Se ven rascacielos y edificios más altos. Aunque no se ve mucha animación (algunas parejas súper arregladas que se dirigen a un centro de convenciones), tiene una calle llena de locales de copas y restaurantes. Curiosamente uno de ellos se llama “Barcelona” y evidentemente le echamos una foto. Nostálgicos que somos!

Ya está completamente oscuro y con la experiencia que hemos tenido para encontrar el camping en ciudades o pueblos grandes, decidimos no entretenernos más. Toca encontrar el camping.

Efectivamente, teníamos razón y damos cincuenta mil vueltas antes de encontrarlo. No hay manera de orientarnos con los mapas y esquemas que tenemos (existiendo GPS’s esto de los mapas es un atraso). Pero no hay mal que por bien no venga. Durante la búsqueda encontramos un “New World” (supermercado) y aprovechamos para reponer nuestra “despensa”. Y ya puestos, aprovechamos para llenar el depósito de gasolina. Es tiempo que ganamos para mañana.

Finalmente damos con el camping (a ver si me decido y les hago un esquema un poquito más mejor!). Entramos por la puerta de atrás, pero para nosotros ya vale! Como todos los días, conectamos todas las baterías y descargamos las cámaras. Además, hoy toca vaciar el depósito de agua sucia (no sea caso que rebose) y llenar el de agua limpia.

Dado que hoy hemos comido rollo “fast-food”, la cena va a ser de campeonato. Además, la cocina es muy chula y se lo merece: pasta a la carbonara con un par de cervecitas.

Bon profit y a dormir!!!!


Carlos :)