miércoles, septiembre 06, 2006

16/08/06: Increíbles los Pancakes de Punakaiki!

icono fototeca Ver las fotos del día
Buenos días!!! Como siempre nos hemos levantado pronto, a eso de las 6:00 y después de un buen desayuno (hoy ha caído la primera botella de leche, signo inequívoco que ya llevamos algunos días por NZ) hemos salido para Arthur Pass.

Nos ha costado más de una hora conseguir aclararnos para salir de Christchurch. Está claro que lo nuestro no son ni las ciudades grandes ni los mapas. En cualquier caso, una vez orientados, ponemos la directa y en unas 3 horitas nos plantamos en el parque nacional.

Lo primero es hacer una visita al centro de información para enterarnos de las rutas que podemos hacer a pie, su estado y la duración de cada una de ellas. Después de evaluar todas las variables, nos decidimos por una que nos llevará a una cascada y que tiene una duración de unos 40 minutos.

Hace un sol bien majo, pero sopla un viento que congela los pensamientos, así que me pillo un gorrito de forro polar bien chulo y de un color naranja cantón. No soy guiri en NZ, pues a hacer de guiri!!!

Es curioso, pero la zona está plagada de niños que parece que estén de colonias. De hecho el parque nacional parece que esté montado como un gran centro escolta en el que se enseña a los niños a sobrevivir y disfrutar de la montaña.

La ruta empieza solo un centenar de metros más allá del centro de información. Dejamos la camper al lado de una casita roja la mar de maja (las fotos lo atestiguarán) y nos adentramos en un caminito perfectamente señalado. Cruzamos un puente sobre un riachuelo y empezamos a subir escaleras hechas con troncos de árboles. Suponemos que las escaleras son para facilitar el camino en verano, porque ahora están llenas de hielo y nos jugamos un resbalón a cada paso. También contribuye nuestro pésimo estado de forma, puesto que al rato, ya estamos los dos más concentrados en respirar que en hacer comentarios del paisaje o de las p&%$• de escalones.

Empezamos a oír la cascada, y cual es nuestra sorpresa que casi a punto de llegar a nuestro destino nos encontramos una barrera que nos informa que el resto del camino está cerrado por temas de mantenimiento. Cachis!!!! Ya lo podían haber dicho en el centro de información o al inicio del camino, no????? En fin, está claro que lo del verano y las obras es un mal Universal. No nos salvamos de ello ni en la otra punta del mundo!

Damos media vuelta y regresamos por el mismo camino. Menos mal que el paisaje y el bosque que cruzamos hacen que el paseo valga la pena. Ya al final de la ruta, justo en el río, vemos como un grupo de niños está aprendiendo a cruzar un río a saco. En grupos de 4 y cogidos de la mano lo cruzan como unos campeones. Y eso que el agua tiene que estar más que helada!! BBBRRRR!!!

La siguiente parada ya es en Greymouth, pero cuando llegamos, vemos que es un pueblecito más que no tiene nada especial para ver, así que seguimos camino porque tenemos claro que donde nos tenemos que parar un buen rato es en Punakaiki.

Llegamos a eso de las 17:30, cuando todavía hay luz y nos permite disfrutar del paisaje de los Pancakes. Estos son unas construcciones de roca al lado del mar, que la erosión de las olas y el viento ha transformado en unas curiosas figuras. Los mahories las tenían como lugar mágico puesto que identificaban con personas y deidades. Es muy espectacular ver como las olas del mar de Tasman rompen contra las rocas y se cuela por orificios generando fumarolas de agua vaporizada. El lugar está muy bien acondicionado para ver las diferentes construcciones, con un camino que bordea la costa y que está inmerso en la vegetación.

Como europeos que somos, vamos al revés de todo el mundo (hemos empezado la ruta por la derecha, craso error!!). En el camino vemos un kivi, el símbolo nacional. Evidentemente lo freimos a fotos y el pobre animal, que se ve acorralado con tanto paparazzi se “suicida” hacia el margen del camino. Se pega un tozolón de mucho cuidado y esperamos que no se haya hecho daño (además, no hacía ni 20 minutos que acabábamos de comprar unas badanas con el lema “save the kivis” ya que están en peligro de extinción. Tendremos que comprar alguno más…. ;).

Seguimos nuestra ruta por la costa hasta Westport y nos es imposible no parar a cada paso. Es impresionante ver los acantilados y como el mar bate olas sobre ellos. Nos quedaríamos horas contemplando el espectáculo que nos ofrece la naturaleza pero cada vez se hace más oscuro y queremos encontrar el camping cuanto antes.

Encontramos el camping, vamos a reponer víveres y a repostar gasolina. En el camino de regreso, propongo ir a ver una colonia de focas que está cerca. Con un poco de suerte llegamos que todavía hay un poco de luz. Pero calculo mal y tardamos más de lo que me esperaba. Cuando llegamos ya está completamente oscuro y aunque encaro los focos de la camper hacia la playa no hay manera de ver las focas (valga la redundancia!!! :p

Ya de nuevo en el camping, preparamos la cenita en la cocina común (por cierto, qué escandalosos son el grupo de franceses. Ni que estuvieran ellos solos en todo el camping!!!!), cenamos con un poco de rasqui y rápidamente a dormir.

Hoy toca soñar con ese peaso de olas que hemos visto en el camino de la tarde y en los misteriosos Pancakes. Guai!!!!


Carlos :)